domingo, 6 de marzo de 2011

Con el corazón tan roto como el reino de Pompeya 26 de Enero de 2o11. oo:51 - o1:18;

Me siento vacía. Vacía y llena a la vez. Parecerá contradictorio, pero es real, tan real como que te echo de menos. Vacia porque al recordarte noto que te has llevado contigo todo lo que valía la pena de mi. Llena porque no cabe dentro de mi ni un poco más de nostalgia, porque estoy repleta de tus recuerdos. Llevo tres noches durmiéndome a las tantas, Sé que me desvelo porque me acuerdo de ti y pienso en nuestros cuatro días. Siempre que empiezo escribiendo prometo al papel no llorarle encima, pero es imposible. Lo tengo asumido. Siempre que te recuerdo lloro. Y últimamente escribo en letras enormes y de color verde, para que se note que tengo esperanzas de que volverás. Me pregunto si lo estás pasando igual de mal que yo. Si te acuerdas de mi desde el día que me dijiste "adios". ¿Te habrás desahogado con alguien?. ¿Habrás besado a otra persona?. ¿La habrás besado de la misma forma que me besabas a mi?. ¿Habrás mirado con la misma intensidad a cualquier otra?, ¿o es que miras a todas igual?. Me moriría de pensar que has podido besar a otra persona que no sea yo. Pero me destrozaría, por dentro, por fuera, para siempre y sin remedio que hayas regalado un 12 de Octubre.
Yo, que prefiero estar enfadada contigo, fría y distante antes que besar o regalar un 12 de Octubre. Sí, lo acepto, me has dejado marcada. Pero no te daré el gusto de quedarte para siempre aqui. No quieres irte ni yo quiero que te vayas, pero este sitio no es para ti, no te pertenece. Le pertenece a "tu", "Tu que ni siquiera existes todavía, te pido que vengas, que me sorprendas con tu llegada y ocupes el lugar que te pertenece. Te prometo que cuando llegues te estaré esperando. Que agradeceré tu aparición en mi vida pase lo que pase. Y aunque no lo parezca, ( me duele tanto recordar tu nombre, que es imposible escribirlo ) lo único que me queda es decirte que me inclino ante la gran importancia de tu vida en la mia. Solo me queda decirte eso y que te quiero, y que te echo de menos, y que todo lo que escribo tiene mensajes subliminales ocultos. Y sobre todo me queda decirte que no habrá papel suficiente para ti, jamás.
Con el corazón tan roto como el reino de Pompeya.

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