This work is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
domingo, 12 de diciembre de 2010
Creo que nunca ha sido complicado hacerme feliz. Si me conoces bien, sabrás que soy patéticamente sencilla y previsible. No necesito rosas, ni bombones, ni aviones que escriben en el cielo. No pido milagros, porque nunca he visto ninguno. Las sorpresas, cuanto más pequeñas, más bonitas me parecen. Y me vale casi todo. Todos los detalles son buenos. Notas escritas en una servilleta, una visita inesperada, una flor del parque, una foto de tu infancia, un mensaje de madrugada. Eso sí, necesito que todo ello sea incondicional. Solos o rodeados de gente. Aquí y allí. Ayer y hoy. Y tener la certeza de que si mañana estamos en el fin del mundo, seguirá siendo así.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario