Al alba, con las primeras luces, me apretó la mano con fuerza, sonrió a su padre y la llama de sus ojos se apagó para siempre.
A veces dudo de mi memoria y me pregunto si únicamente
seré capaz de recordar lo que nunca sucedió.
Te llevaste todas las respuestas contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario