domingo, 14 de noviembre de 2010



Que no hace falta que pagues, no. Que él se va gratis, porque de repente ha sentido que está total y profundamente al borde del enamoramiento
de la sonrisa de tonta que se te quedó al verle.Y eso no se lo puede permitir.Porque eres su punto sobre la 'i', la diéresis de su vergüenza 
y la coma, hasta que haya punto final.Y se apagó, o eso intentó, con los últimos compases de una canción, que daba comienzo a otra... que, en el fondo, era la misma.

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